La creatividad, eje fundamental del área que nos apasiona, debe ser constantemente alimentada y puesta a prueba. La lectura es un ejercicio fundamental para esta labor, y no debe limitarse solamente a literatura académica, puesto que de todos lados se puede aprender. En todas las novelas hay storytelling, branding, y en algunos casos hasta se juega con la experiencia del usuario.

El siguiente artículo consta de las notas sobre mi aventura en París jugando (leyendo) Rayuela de Julio Cortázar, un clásico de la literatura latinoamericana, que más allá de ofrecer una buena lectura, se atreve a indagar, aventurarse y proponer una experiencia única para el lector, quien dejará de ser un simple espectador, para pasar a convertirse en quien arme, diseñe y disfrute (ahora, aún más) la historia. Si esto último, no puede resolverse en el diseño de experiencia de usuario y estrategias de contenido, no sé qué más podría hacerlo.

Rayuela, no es un libro como cualquier otro que se leería “derecho”, usando el orden consecutivo de los capítulos. La esencia del libro está en “jugar” con el orden de ellos (que además son cortos y facilitan la lectura), algunos intrépidos incluso afirman que han leído la anti-novela en completo azar y no han tenido problema alguno en cuanto a sintaxis, orden o líneas de tiempo; afirmando, incluso, que han encontrado historias mucho mejores que las sugeridas en el “Tablero de direcciones”, del que hablaremos más adelante.

Sin más, dividiremos el análisis en los tres criterios fundamentales de la Experiencia de usuario según Muller: el usuario, el contenido y el contexto. Para finalmente pasar a conclusiones generales y algunos trucos o estratagemas del autor que considero pueden aplicarse en nuestro mundo, el de la marca.

 

Criterio #1: (El usuario) El lector-hembra vs el lector-macho:

Primero lo primero: target, por lo que empezamos detallando el “público objetivo” de Cortázar, quien había encontrado un problema en la literatura y los lectores: una cierta monotonía, que señalaría clasificando a los lectores en dos tipos: los lectores-hembra y los lectores-macho.

El lector-hembra, es aquel que lector pasivo que se caracteriza por leer de manera lineal, que no participa activamente en la historia porque su lectura es fácil, sin vueltas, porque lógicamente busca una literatura sin ambigüedades, con una historia ya resuelta sin que quede ningún cabo suelto, donde no haya que improvisar, armar nada, ni dar cabida a futuras experiencias.

El segundo tipo, el lector-macho, busca todo lo contrario: una lectura compleja, la cual le aporte más que una historia bonita, y la manera de esto es haciéndose “cómplice con el autor”, volviéndose un participante activo.

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“El objetivo de Cortázar no era meramente estético, poético, buscaba algo más: renovar la percepción de las cosas para torcer el rumbo de la historia (…)” Ser disruptivo.

No basta solamente con tener indicadores de gestión, el público objetivo definido y la manera de hacer el acercamiento. Se debe estar preparado para romper paradigmas e idear nuevas maneras de deleitar a nuestro público. Muchas veces lo que separa del éxito a las grandes iniciativas, es la actitud con la quieran pasar de la idea a la realidad.

 

Criterio #2: (El contenido) Un libro que es muchos libros y la anti-novela:

Un concepto interesante, una idea innovadora y una ejecución tenaz, es como varios expertos literarios catalogan esta novela. La mera definición de “un libro que se puede leer en cualquier orden, sin alterar la calidad de la historia” por sí misma, va en contra de los criterios convencionales con los que se escribe cualquier narración. De hecho, recibe esta característica de “anti-novela” por romper con tendencias claramente establecidas, por estar decidido a innovar.

Se le llama  “un libro que es muchos libros” porque está diseñado para que el lector decida su camino, arme sus propias conclusiones y articule por sí mismo el orden de los capítulos. Dividido en tres partes, dos principales y una última complementaria, para los que quieran profundizar más.

Inclusive, por medio de las curiosas y particulares formas de narración del autor, se corrobora el hecho de que Rayuela no es una “lectura ordinaria”.

A pesar, que muchos consideran como “contenido” el material útil de carácter informativo o recreativo para el usuario,  se debe hacer énfasis en que los entornos que diseñemos funcionen de manera armónica y sistemática, que si se trata de un supermercado, que el cliente empiece a maravillarse desde que dá el primer paso dentro del local; si se tratase de una página web, que la interfaz refleje la personalidad de la marca y contribuya a la fluidez del material presentado; que entre los perfiles en las redes sociales, haya continuidad y uniformidad, para que se genere un “ente” alrededor de la idea de la marca.

 

Criterio #3: (El contexto) Tablero de direcciones:

A su manera este libro es muchos libros, pero sobre todo es dos libros. El lector queda invitado a elegir una de las dos posibilidades siguientes:

El primer libro se deja leer en la forma corriente, y termina en el capítulo 56, al pie del cual se encuentra la palabra Fin. Por consiguiente, el lector prescindirá sin remordimientos de lo que sigue.

El segundo libro se deja leer empezando por el capítulo 73 y siguiendo luego en el orden que se indica al pie de cada capítulo. Y en caso de confusión u olvido, bastará con consultar la lista siguiente:

73 – 1 – 2 – 116 – 3 – 84 – 4 – 71 – 5 – 81 – 74 – 6 – 7 – 8 – 93 – 68 – 9 – 104 – 10 – 65 – 11 – 136 — 12 – 106 – 13 – 115 – 14 – 114 – 117 – 15 – 120 – 16 – 137 – 17 – 97 – 18 – 153 – 19 – 90 – 20 – 126 — 21 – 79 – 22 – 62 – 23 – 124 – 128 – 24 – 134 – 25 – 141 – 60 – 26 – 109 – 27 – 28 – 130 40 – 59 – 41 – 148 – 42 – 75 – 43 – 125- 44 – 102 – 45 – 80 – 46 – 47 – 110 – 48 – 111 – 49 – 118 – 50 – 119 – 51 – 69 – 52 – 89 – 53 – 66 – 149 – 54 – 129 – 139 – 133 – 140 – 138 – 127 – 56 – 135 – 63 – 88 – 72 – 77 – 131 – 58 – 131

Esta es la primera interacción que le ofrece el autor al lector. Desde la primera página se establece quien será el “protagonista” o mejor aún, el “dueño” de la historia. Se hace especial énfasis en que se trata una invitación, siendo a mi parecer, el factor más importante de toda la experiencia, puesto que nos indica que se trata de una lectura llena de posibilidades e  innumerables variantes, donde el mismo lector, el dueño del libro, que decide cómo construirla, siendo de la manera convencional, la señalada en el orden del tablero o como mencioné anteriormente, en un orden personal, de otro colega lector o completamente aleatorio.

Las conclusiones:

Ser disruptivo: La rayuela está enfocada completamente en el usuario, y el autor no tuvo temor a ser disruptivo tomando una postura, que pretendía desafiar los estándares de la época. A pesar de que se trate de un trabajo netamente creativo, y en la ciencia cambiante en la que nos desempeñamos, sigamos el sendero que nos dicten las métricas y la data, muchas veces debemos tomar decisiones y definir enfoques basados, en gran parte, a nuestros instintos.

Hacernos las preguntas ¿Qué tal si…? ¿Estamos satisfechos? ¿En que podría mejorarse?

Decidido a innovar: La palabra innovación tiene muchas connotaciones en nuestro medio, pero en el afán y la velocidad de los mercados, muchas veces se olvida que la innovación está ligada principalmente a ofrecer valor agregado.

Con un fundamento y una idea clara, Cortázar, decide que su libro debe leerse en cualquier orden, por lo que emprende un camino arduo (algunos años) durante el cual se ve sujeto a varios obstáculos, por lo que escribir 155 capítulos que se puedan interconectar de manera aleatoria, es una tarea bastante complicada. Satisfacción, es la palabra clave para estos momentos, puesto que en varias entrevista, Cortázar admite que siente satisfacción con ver el fruto de su esfuerzo; se siente contento por ver el fruto de su trabajo y contento con el resultado.

En cuestión de ejecución, siempre debe ser “de la mejor manera posible”.

El lector queda invitado: No debemos forzar a nuestros usuarios a seguir experiencias únicamente de la manera que queremos. Debemos ampliar nuestras posibilidades. Si bien como estrategas queremos promover ciertos comportamientos y acciones, no está de más recordar que estos usuarios también son personas, muchas veces con intenciones tal vez un poco distintas a las que esperamos de nuestro buyer persona.

Es así como Cortázar, a pesar de haber dedicado mucho trabajo a la ejecución de su compleja ambición, no olvida que la lectura, como muchas otras cosas, es una experiencia personal, por lo que con la invitación a “jugar” que ofrece en el Tablero de direcciones, coloca a disposición del lector la total plenitud de su obra, para que estos no se sientan forzados, y consideren su versión como la correcta por el simple hecho de haberla elegido.

El usuario, llámese cliente o consumidor, resulta el principal protagonista de nuestras estrategias. Sin usuario no hay experiencia y sin clientes no hay mercados, no hay empresa.

Quién hubiese pensado que habrían tantos principios de experiencia de usuario, en la realización de una pieza literaria.