El marketing directo es una de las variantes del marketing que a pesar de su antigüedad, sigue rindiendo beneficios en la actualidad. De hecho, las grandes empresas se están enfocando cada vez más en esta práctica y como consecuencia, los proyectos de menor envergadura les siguen el paso.

Por lo tanto, aunque el concepto se haya implantado en los años 60’s, la evolución misma del marketing, ha permitido perfeccionar este método.

Ahora bien ¿en qué consiste este tipo de marketing?

El cliente como generador de respuestas

A diferencia de otro tipo de estrategias, el marketing directo se enfoca en un solo objetivo; guiar al prospecto o cliente a realizar una acción determinada. Es decir, mediante un acercamiento sutil, pero concreto, se pretende que el cliente responda en un círculo cerrado de opciones.

En el proceso, cada reacción es registrada para evaluarla a posterior, lo que al final servirá de base para nuevas suscripciones o fortalecer las relaciones ya existentes.

Cabe destacar que debido a que se persiguen acciones específicas por parte del cliente, este tipo de marketing se aplica a grupos reducidos de individuos. De alguna manera, podemos decir que funciona en base a micro-segmentación.

Principales elementos del marketing directo

Para obtener mejores resultados dentro de esta estrategia, se deben considerar algunos aspectos fundamentales. El punto de partida es la base de datos; pues, debido a que se trata de obtener respuestas específicas, no se puede direccionar a campo abierto.

En este caso, a través de una investigación de mercados detallada, puedes obtener una extensa base de datos, de donde extraer los segmentos relevantes. Y a partir de un análisis del comportamiento del mismo, se evalúa la compatibilidad de tu propuesta de valor; la idea por sí sola puede ser buena, pero si está claramente marcada por una intención, se vuelve contundente.

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Adicionalmente, se determina qué medios se pueden utilizar en función al comportamiento de tu buyer persona. Considerando que una estrategia de marketing directo es perfectamente adaptable a diferentes canales de comunicación como:

  • Televisión
  • Correo postal
  • Correo electrónico
  • Redes sociales
  • Prensa (escrita y digital)

Por supuesto, siempre y cuando el mensaje sea capaz de inducir una respuesta tangible por parte de un perfil específico, puedes decir que estás en una campaña de marketing directo.

En función a ello, dentro del marco creativo se debe entrelazar tanto los elementos audiovisuales como los textos (o mensaje) de manera que apunten a un CTA. En ocasiones, se busca redireccionar el tráfico web, instalar una app, suscribirse a una newsletter o quizás una compra directa.

Comunicación multilateral

En el principio, el marketing se ocupaba principalmente de difundir una idea sobre alguna propuesta de valor; es decir, una comunicación unidireccional. Sin embargo, a través de un modelo de mercadeo como el marketing directo, el nivel de especificidad de la estrategia ofrece un abanico más amplio.

Actualmente, tanto el consumidor como el proveedor generan un escenario donde la información fluye y refluye. Lo que representa una relación estrecha que favorece la rentabilidad del proyecto.