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Historia de la marca y el logo de Nike

Resiliencia, superación, autocontrol y sobre todo, seguir dando el máximo de uno mismo…

Si existe una marca que se ha encargado de inspirar a sus usuarios a sobreponerse ante las adversidades, estarás de acuerdo de que es Nike.

Aunque casi todas las personas hoy en día reconocen la marca con tan solo ver el Swoosh, pocas saben cómo surgió este imperio.

Primeros pasos de Knight para Nike

Para 1964, Philip Knight le dio forma a un proyecto personal orientado a la fabricación de calzado deportivo. El cual debía satisfacer las necesidades de confort y resistencia para los atletas de alto rendimiento.

Ya habría pasado más de 10 años en la industria, trabajando bajo el nombre comercial de Blue Ribbon Sports. Pero es esta nueva etapa de su vida, con mayor capital, mejores aliados y más experiencia decide comenzar una transformación del negocio.

Su primer paso fue comenzar a trabajar el nuevo concepto de la marca, por lo que acudió a una estudiante de Diseño Gráfico llamada Carolyn Davidson. Siendo esta la pieza clave para el desarrollo del logo Nike.

El concepto de la marca debía implicar movimiento y dinamismo. Así que Davidson se atrevió a diseñar un elemento minimalista que pudiera trascender.

Como referencia, tomo a la diosa helénica Niké, a la cual se le atribuían las victorias en aquella cultura. En su representación, Niké aparece corriendo a pesar de que tiene alas y una de estas fue el pilar sobre el cal se desarrolló en Swoosh.

Acompañando a este pequeño trazo, irían las letras de caja baja con el nombre de la empresa; con un modelo particular de lettering que con el tiempo fue modificándose.

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El marketing de Nike

Ciertamente según declaraciones de Knight, no había mucha receptividad de su parte ante el logo Nike, pero por las circunstancias decidió aceptarlo. Es imposible atinar al nivel de confianza que tuvo el fundador de la empresa para el momento de su lanzamiento, pero todos somos testigos de su capacidad para innovar en el sector.

Y además, su visión de generar valor e identificación por parte de sus millones de usuarios.

Su logo era sencillo desde el principio, y de hecho costó solo $35. Pero gracias a su inventiva y un excelente trabajo de marketing, en poco tiempo, todo Estados Unidos veía el Swoosh en los pies de los atletas universitarios.

Más adelante, comenzarían las alianzas y contratos de patrocinio, donde el éxito de Nike alcanzaría el punto de “no retorno”. A través de su modelo Air Jordan, la empresa logró superar los desafíos comerciales más importantes y dio un giro crucial para su posicionamiento como lovemark.

Desde 1985, el eslogan que acompañaba sus campañas promocionales anunciaba su icónica frase “Just do it”. Sin duda, uno de los elementos con mayor repercusión en la fidelización de consumidores.

A través de sus estrategias, las zapatillas de este modelo alcanzaron más de $100 millones en ventas tan solo en su primer año. Nada mal para acabar con los malos años de la compañía.

Algo interesante dentro de la evolución de la compañía, es que Knight supo en todo momento quién estuvo involucrado desde el principio y a quién debía agradecer. Por eso, cuando la compañía mostró números exageradamente positivos, retribuyó a C. Davidson de una mejor manera; otorgándole acciones de la compañía y un anillo de oro adornado con diamantes.

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En efecto, la vida de Davidson también dio un giro afortunado como recompensa por haber dado la pieza clave de la identidad de Nike.

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