Cada vez que hablamos de una secuencia de actividades que se desarrollan para darle forma a un “algo”, hablamos de un proceso. En este caso, el proceso administrativo se relaciona con esas actividades secuenciales que transforman ideas en el performance de toda una empresa.
Pero más allá de ello, este proceso particular, sirve para estructurar un plan que aplica a diversas áreas de nuestras vidas. La administración no se limita a lo empresarial, por ende las etapas de este proceso tampoco se restringe a ello.
Dicho de otro modo: entender la esencia de este proceso te permite ser más estratégico en determinado rol; un departamento, una asignación, un proyecto, tu empresa o tu vida.
¿Quieres saber más? Lee hasta el final…
Cuáles son las etapas del proceso administrativo
Actualmente existe una vaga confusión sobre cuántas son las partes que conforman el proceso administrativo. Algunos autores afirman que 5 y otros que 4; además, existe un cruce entre lo que cada uno considera etapa y fase.
Hoy disiparemos tus dudas planteándolo de la siguiente manera.
Existen 4 etapas agrupadas en pares; el par conceptual y el operativo, a menudo llamados mecánico y operativo. Pero indiferentemente de su categoría, las 4 etapas se alinean en un ciclo sin fin, por lo que se puede observar como un patrón de actividades repetitivas.
Estas etapas, reciben el nombre de
- Planificación
- Organización
- Dirección/Ejecución
- Control
De hecho, quienes plantean 5 etapas del proceso, es porque separan la ejecución de la dirección. Nada más.
Cómo se aplica el proceso administrativo
Para darle forma a este aspecto de la administración, solo basta con entender cada una de las etapas y adoptar el rol para llevarlas a cabo.
- Planificación: esta primera etapa, consiste en establecer todas las áreas previstas del proyecto. Se establecen objetivos, al igual que se detallan los recursos, se identifican posibles problemas; y se plantean los aspectos conceptuales del proyecto.
- Organización: en una palabra, se trata de distribuir responsabilidades. Según lo planificado, se diseña un prototipo del proceso a ejecutar y qué roles existen en cada fase. Se establece la cadena de mando y todos los puestos de trabajo.
- Dirección: posterior a ello, comienza la ejecución, que no es más que poner en marcha todo lo detallado en los dos puntos anteriores.
- Control: y de esa manera, lo único que resta es establecer rutinas para monitorear el proceso.
Cabe destacar que en la etapa de control, siempre se identifican nuevas oportunidades, se detectan amenazas y fallas existentes. Por lo tanto, es sensato pensar que el proceso no permanecerá inmutable; de hecho, la idea de establecer rutinas de control en el proceso administrativo es para buscar la optimización del mismo.
En consecuencia, el control te lleva a una nueva planificación pero en otro nivel, con otras variables y otros desafíos; dando así, la bienvenida a un nuevo ciclo.
Ahora bien, si te has estado preguntando, cuál es el aspecto más importante dentro del proceso, francamente es la panificación. Es la columna vertebral del proceso, sin ella, no hay tareas que asignar; no hay plan que ejecutar ni mucho menos criterio para controlar.
Ya lo decía un viejo adagio de la administración:
Si fallas en planificar, estás planificando fallar…