En un mercado tan altamente competitivo tu prioridad debe ser la evolución constante de tu empresa. Para ello, es necesario contar con una amplia capacidad de visualización sobre todo el panorama empresarial, tanto interno como externo a la organización.

Así que pese a cualquier mala interpretación del término original, el benchmarking es y será una de las mejores prácticas de marketing. A través de ella, puedes saltar un sinfín de obstáculos en tu plan, partiendo de la experiencia de los más grandes en tu sector comercial.

Investigación de puntos relevantes

Hablar de Benchmarking nos lleva directamente a una investigación comparativa entre dos o más organizaciones (o departamentos). Como consecuencia, al ejecutarlo de manera correcta, podrás detectar cuáles son los puntos fuertes y débiles de cada una de ellas, y luego contrastar con tu situación particular.

En otras palabras, a través de una estrategia como esta, puedes detectar qué procesos o criterios son los que hacen que otras empresas sean tan fuertes; y posteriormente evaluar cómo se puede integrar este “elemento” con tu organización.

Claro está, que el proceso va más allá de la recolección de datos mediante la búsqueda rápida en internet. En realidad, requiere de un equipo especializado en analytics si se busca un resultado efectivo.

Cómo realizar un benchmarking efectivo

Es importante aclarar, que la estrategia no se enfoca en “ver la superficie”; es decir, no solo ubica el proceso. Más bien hace un esfuerzo por entender lo intangible de cada proceso, de modo que no copiaría ninguna actividad, sino aprendería del principio sobre el cual funciona.

Ahora bien, debido a que cada empresa representa una compleja red de procesos, lo primero es determinar el objetivo de la investigación. Es decir, saber qué aspectos de tu empresa deseas optimizar, y en función de ello, dirigir un benchmarking interno o externo.

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Seguidamente es necesario filtrar las mejores organizaciones que cuenten con el nivel de eficiencia en esa área que desees mejorar. Aunque no necesariamente deben ser del mismo mercado, sin duda, la similitud empresarial puede marcar una diferencia notable.

Posteriormente, se emplean los medios tanto virtuales como físicos que estén legalmente permitidos para recolectar los datos de las áreas de interés. Existe una línea muy delgada entre investigación y espionaje, pero es fácil reconocerla cuando te mantienes dentro del marco legal.

Una vez terminada esa etapa, continúas con el punto crítico; el análisis de la información. Y partiendo de que el análisis implica profundizar más allá de lo obvio, entonces entenderás por qué el énfasis en contar con especialistas en el tema es fundamental.

No se trata de ver los números, sino de entender su significado y cómo se puede proyectar en el tiempo, además de evaluar el método más eficaz de extrapolar el proceso a tu empresa. Lo que te llevará directamente al diseño e implementación de estrategias, aparte del ajuste de procesos internos de tu empresa.

Importante

Evita dejar cabos sueltos. Cuando se trata de una estrategia como el benchmarking, mientras más preciso puedas ser, mejor. Vuélvete minucioso con el tema, y cierra cualquier posibilidad de error.

Procura que si te equivocas, no sea por un descuido, ya que a menudo no son los números los que fallan, sino las interpretaciones que hacemos de ellos.