Ya sea que trabajes de manera independiente o estés en la plantilla de alguna empresa, cuando se trata del trabajo remoto, hay algunos objetivos comunes; en la mayoría de los casos, se busca ser más productivo.
Pese a la idea donde “trabajar desde casa” es más cómodo, muchos profesionales se enfrentan al reto de no aprovechar correctamente el tiempo. Y en pro de ser cada vez más competitivos, terminan dando más de lo que debería, desgastándose física, emocional y mentalmente.
Como autónomo quizás tu reto sea mantener tus niveles de facturación; mientras que como empleado puede que busques mantenerte útil para la empresa. Pero en cualquier caso, si no se puede optimizar el trabajo remoto, es probable que caigas en burnout.
¿Te ha sucedido a ti?
De ser así, es necesario buscar ayuda, y si aún no llegas a ese punto, mejor ten en cuenta estas recomendaciones para evitar caer en ese vacío.
¿Cómo evitar el burnout?
Desde hace mucho se conocen los efectos negativos de las rutinas. Pero hoy en día, el trabajo remoto ha presentado nuevas variantes de esos efectos.
Cuando ya hay niveles de exigencia cada vez más altos, tu psique se comienza a afectar y los daños se transmiten a todo tu cuerpo. Rápidamente aparecen:
- Dolores de cabeza, músculos y huesos
- Irritabilidad
- Apatía con el trabajo y el entorno
- Problemas para conciliar el sueño
- Aislamiento
Lo que además de presentar un riesgo para la salud, también afectan tu eficiencia en el trabajo. Razón por la cual podrías perder tanto tu salud como la fuente de ingresos; y creo que nadie querría que eso sucediera.
Si sientes que estás a punto de cruzar la línea o has comenzado a notar algunos de estos cambios, apunta lo siguiente en tu agenda.
Establece un punto de desconexión
El trabajo no desaparecerá, y si lo hace, más adelante habrá otro disponible. No te preocupes más de lo necesario.
Por lo tanto, antes de que se estropee tu salud, es importante que encuentres un espacio para desconectarte. Las jornadas habituales de trabajo comprenden 8 o 9 horas durante 5 o 6 días a la semana; más de eso ya es una carga extra, que fuera del beneficio económico, a largo plazo conlleva demasiado riesgo.
La vida no es solo trabajo, y necesitas darle a tu mente y tu cuerpo, otros estímulos para que se sienta realmente vivo.
Partiendo de esa premisa te sugiero que cumplas con esta pequeña lista para evitar caer en el burnout.
- Establece las prioridades de tu vida, incluyendo el trabajo y agregando lo demás.
- Diseña un cronograma semanal o mensual asignando espacios para tu entretenimiento.
- Sé efectivo en el tiempo asignado para el trabajo, evita trabajar más horas de las acordadas.
- Evalúa si estás en el trabajo ideal para ti y haz ajustes si es necesario.
- Establece tu salud como prioridad ante cualquier decisión.
Y la regla más importante:
- No te tomes nada personal.
Recuerda que el trabajo es solo una parte de la vida. Ciertamente no se puede vivir bien y crecer social ni económicamente sin una buena fuente de ingresos, pero de nada sirve tener un buen trabajo si no puedes disfrutar de la vida por él.