La creatividad es a menudo relacionada con la espontaneidad; pero en ámbitos profesionales, además de ser espontáneo se debe ser organizado. De esa manera se estructuran las ideas para llegar a un fin, y los conceptos a desarrollar no quedan a la deriva.

En ese sentido, es indispensable contar con algunos bocetos, mapas y hasta un storyboard. Aunque no todos los creativos se enfocan en este último, siento que debería ser el as bajo la manga, para desarrollar conceptos fuera de serie.

Por lo tanto, quiero mostrarte en qué consiste esta herramienta y además enseñarte los tips que necesitas para desarrollar el tuyo.

¿Listo para el storyboarding?

¿Qué es Storyboarding?

El storyboarding es una técnica de maquetación. A través del uso de gráficos, bocetos y apuntes, se crea un tablero que sirve para apoyar la secuencia de una producción.

Originalmente nació como un método para guiar a los animadores, a fin de que las caricaturas siguieran una estructura bien definida. De esa manera, si había más de 2 animadores en un proyecto, todos podían tomar cualquier parte de la línea de tiempo y dedicarse a producirla; y al final, se podían unir las partes sin inconvenientes.

Cabe destacar, que además de esa practicidad para el desarrollo de piezas que requieren participación grupal, el verdadero potencial de esta técnica es el aterrizaje de ideas. El creativo, puede basarse en el storyboard para definir los conceptos y la forma en cómo quiere que se desarrollen las ideas en la producción.

Gracias a esta utilidad, se puede anticipar cualquier requerimiento desde la preproducción de cualquier material. Por lo tanto, cada vez, el concepto se extiende a áreas fuera de la animación; hoy en día, en el marketing, la producción audiovisual, y proyectos de diversas categorías recurren al storyboarding.

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¿Cómo desarrollar un storyboard?

Ahora bien, si estás entusiasmado con la idea, solo hace falta que conozcas los pasos para desarrollar tu primer tablero de historias. Ten en cuenta, que a pesar de ser una herramienta visual, no deja de ser un boceto, por lo que no necesitas ser un maestro del arte para hacer tu storyboard.

Recuerda: solo organizarás las ideas para luego ponerlas en manos de los expertos de cada área (fotografía, diseño, escenografía, u otros).

Tomando nota de ello, entonces pasemos al uno, dos, tres de cómo hacerlo.

  • Necesitas papel y lápiz, o en su defecto alguna herramienta digital que te permita dibujar.
  • Idealmente deja un área para la descripción corta del proyecto; como los metadatos de una fotografía.
  • En el lienzo traza los cuadros de escena. Hasta ahora no hay una especificación de tamaños ni de la cantidad de cuadros por lienzo.
  • Deja un espacio debajo, encima o al lateral de cada recuadro para añadir una descripción de cada escena.
  • Antes de dibujar, describe qué escena debe ir en cada cuadro para que mantengas una línea temporal definida.
  • Dibuja los elementos más importantes. En este punto, asegúrate de plasmar las escenas que realmente representen un cambio en la toma, eso te ayudará a ahorrar tiempo. De hecho, si es solo un ligero cambio en el tiempo, puedes ponerlo escrito en la nota.

Luego de avanzar recuadro a recuadro, restan las rondas de revisión y ajuste; de esa manera, antes de pasar el storyboard al equipo de trabajo, te aseguras de que cumpla con lo que realmente está en tu cabeza.

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No te preocupes si hay que hacer cambios, recuerda que a medida que avanzas, se puede requerir la eliminación o adición de elementos. Y todo ello te acercará a una mejor producción.