La única manera de mejorar organizacionalmente es midiendo las acciones ejecutadas y en proceso. Gracias a esto nos hacemos conscientes de si vamos en el camino correcto a la consecución de nuestros objetivos. Por ello, una correcta evaluación de desempeño es crucial.

Solo cuando somos capaces de cuantificar qué es lo que sucede con nuestro personal, podemos identificar qué está mal y por supuesto, cómo mejorarlo. De allí derivan grandes propuestas que agilizan nuestros procesos y nos llevan a una mejor productividad.

Comprenderás que es necesario aprender a desarrollar esta evaluación de manera óptima, así que permíteme guiarte con 8 hacks que te ayudarán con el proceso.

Garantiza la seguridad de tu personal

Ten en cuenta que tu personal necesita el empleo, por ende, hará cualquier cosa para conservarlo. No obstante, necesitas información veraz para la evaluación de desempeño, y esta puede ser alterada de acuerdo a los fines del trabajador.

Garantiza que es un proceso seguro y la intención de mantener la plantilla en orden.

Promueve la confianza y la honestidad

Construye un ambiente donde el personal se sienta cómodo a fin de que pueda ser completamente transparente. Para la evaluación de desempeño, necesitas conocer a cada uno por lo que son, y lo que representan para la empresa.

Aférrate a la idea del progreso

Asegúrate de que todas las acciones están orientadas al progreso y que la evaluación del personal va en el mismo tono. Con esto, promueves mayor participación y presentas una cara organizacional que piensa en mejoras continuas.

Ten los objetivos organizacionales como norte

Lo más importante es preservar los objetivos de la empresa. Por ello es imprescindible recalcarlos con el personal a evaluar.

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Este tipo de análisis es completamente institucional, y todo el personal debe (indirectamente) perseguir el mismo norte.

Utiliza métodos cuantitativos

Si bien es cierto las evaluaciones cualitativas son útiles, para efectos de la evaluación de desempeño es importante respaldar todo en números. Por ende, encuentra instrumentos de evaluación cuantitativa para sustentar las decisiones futuras.

Establece una base de criterios

Por supuesto, la base de criterios como el “por qué” realizas la evaluación, debe ser sólida. Si tienes claro qué es lo que necesitas detectar, los criterios del proceso serán mucho más específicos y eso te llevará a mejores resultados.

Obtén la información de diversas fuentes

Las decisiones posteriores suelen ser de gran importancia para la empresa, por ende, los datos a analizar deben ser fiables. Para tener cierta garantía de fiabilidad, es importante contar con diversas fuentes de información. Con esto evitas brechas demasiado grandes.

Sé objetivo sin dejar de ser humano

Finalmente, ten en cuenta que a no ser que seas el dueño de la empresa, también eres parte del personal y eventualmente debes pasar tu propia evaluación de desempeño. Así que, si eres el responsable de llevar a cabo esta importante tarea, asegúrate de ser empático, pero sin caer en la subjetividad.

Siempre que puedas ser objetivo y más humano, el proceso será más liviano y podrás agilizar las decisiones posteriores.