En la historia del mercado laboral, podría decirse que la integración de las habilidades blandas es relativamente reciente. Estas siempre han existido, pues, forman parte de la naturaleza del hombre, pero anteriormente se creía que solo lo académico tendría validez.

Sin embargo, gracias a una expansión de la apreciación sobre el personal calificado, hoy en día se consideran las soft skills como parte integral del perfil.

En ese sentido, tanto trabajadores como jefes necesitan un portafolio de estas habilidades para desarrolla su papel correctamente. Y aunque en algunas organizaciones quieran pasar por alto este punto, la realidad nos muestra que la interacción interpersonal se ve afectada por estas habilidades; es decir, son una parte intrínseca en el performance del personal, así que vale la pena mejorarlas intencionadamente. ¿No lo crees?

¿Por qué enfocarse en habilidades blandas?

Es cierto que no se puede tomar una posición radical con respecto al tema. Las habilidades blandas pueden ser vistas como una superficie por donde se desenvuelven las Hard Skills; es decir, si eres un experto en programación, las soft skills serán la base para conectar con tu equipo de trabajo y ser más eficientes.

Seamos honestos, las relaciones interpersonales son parte fundamental del éxito. Si la jefatura no cuenta con habilidades que fortalezcan estas relaciones, el equipo de trabajo perderá eventualmente la sinergia.

En consecuencia, no importará qué estrategia desees implementar, no podrás avanzar, pues tu equipo no te seguirá.

Ahora bien, sabiendo esto, lo mejor sería enlistar el top de soft skills que debe estar presente desde la jefatura:

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  • Comunicación asertiva
  • Empatía
  • Liderazgo
  • Pensamiento lateral
  • Optimismo
  • Criterio objetivo
  • Integridad
  • Confiabilidad
  • Compromiso
  • Ecuanimidad
  • Creatividad

Construir equilibrio de habilidades

Cada persona es única, por ende, presentará mayor o menor desarrollo de ciertas habilidades. Todas se pueden aprender, pero la realidad nos muestra que destacamos en algunas y no nos va tan bien con otras.

Es decir, podemos aprender a hablar en público, y al mismo tiempo puede que odiemos hacerlo.

En ese sentido, lo mejor es construir un equipo cuyo personal sea el equilibrio casi perfecto de habilidades blandas y habilidades duras. Desde la jefatura, quizás el perfil es mucho más exigente, pues, tiende a haber menos personas; aun así, saber delegar responsabilidades ayudará a encontrar dicho equilibrio.

Es importante mantener la autoridad, pero al mismo tiempo reconocer que puede haber una persona con mejores habilidades para cierto asunto. Por ejemplo, si eres el jefe y necesitas ideas nuevas y frescas, ¿por qué no recurrir al personal más creativo de la organización?

Saber construir equipos equilibrados y delegar correctamente las responsabilidades es quizás el par de atributos del liderazgo que más influyen en este tema. Siempre que consideres la organización como un equipo y a cada miembro como parte de un todo, sabrás manejar las habilidades de cada uno con mayor eficiencia.

Si al caso vamos, cada persona en la plantilla persigue los mismos objetivos dentro de la empresa. Así que ¿Por qué no aprovechar esto en favor de la potenciación del equipo?