A estas alturas del partido, pensar que puedes escalar un negocio sin una estrategia de marca o branding, no es más que una ilusión. En cierto punto es como pretender ganar un maratón sin haber entrenado durante el último año.
Ciertamente, puedes lanzar tu idea de negocio, pero sin un branding estructurado tendrás un alcance muy limitado. Será difícil gestionar las crisis del negocio y habrá demasiadas barreras para crecer. Contrario a ello, si dedicas el tiempo y los recursos para el desarrollo de la marca, el negocio adquirirá mayor valor y evolucionará exponencialmente.
¿En qué consiste una estrategia de marca?
Hablar de una estrategia de marca va más allá de solo hacer una lista de puntos. Análogamente podríamos decir que se asemeja a hablar de una persona; ¿Cuántos atributos tiene una persona? Quizás sean demasiados, y probablemente no los conozcas todos.
Así mismo, una marca es un conjunto de atributos conceptuales que le dan forma a un proyecto. Por supuesto, está relacionado con sus elementos visuales, pero en esencia, lo visual se sustenta en un conjunto de características conceptuales.
A medida de ejemplo, tú eres una marca, tienes una forma de ser. Quienes te rodean solo ven lo que expresas con tu indumentaria, tu forma de hablar y la manera de hacer las cosas. Pero todo eso no es más que un reflejo de la persona en que te has convertido a lo largo de tus experiencias de vida.
De igual manera, lo que vemos en la publicidad de una marca, no es más que el reflejo de todos los detalles internos que la constituyen, como el propósito, sus valores, el objetivo comercial, su causa y demás.
En ese sentido, la estrategia consiste en alinear todos los elementos conceptuales con la intención de estructurar una esencia única; una esencia, que se transmitirá a la audiencia de una manera singular.
Por ejemplo, a pesar de que Pepsi y Coca Cola venden gaseosas, cada una de ellas tiene una esencia distinta ¿Cierto?
¿Cómo diseñar una estrategia de marca para mi negocio?
Conociendo el objetivo de la marca y la audiencia a quien pretendes dirigirte, necesitas estructurar un perfil como si se tratara de una persona. Una marca, una entidad, habla, actúa, se manifiesta y hay que darle vida.
Esta personalidad debe estar diseñada en función de que sea atractiva para la audiencia que pretendes conquistar.
Por otra parte, asegúrate de que cada atributo y criterio estén consolidados. Es decir, sean lo suficientemente fuertes como para perdurar en el tiempo. Además de ello, asegúrate de que cuenta con una carga emocional importante, de manera que pueda conectar con personas que persiguen causa en común.
Adicionalmente, estudia lo que existe y crea lo que no. El mercado está repleto de propuestas interesantes, pero el mundo es tan amplio que siempre habrá espacio para crear algo más. En base a ello, determina qué le hace falta tu audiencia y construye alternativas para diferenciarte de la competencia en función a ello.
Finalmente ten en cuenta que una estrategia de marca no es cuestión de un par de semanas, sino un trabajo de toda la vida del negocio. Sí, la estrategia inicial se construye en días, pero mantenerse en el mercado es un trabajo diario sobre la estrategia. Con el tiempo, evalúa el desempeño y haz ajustes. Gracias a que el mercado es dinámico, este se volverá un ciclo sin fin; solo si quieres seguir con el