En ocasiones me sorprende ver cómo se ha vuelto natural el uso del internet. Las nuevas generaciones nacieron con eso y están familiarizados con la comunicación global a alta velocidad.
Pero en nuestro caso, solo basta con hacer memoria y enseguida tenemos los recuerdos de nuestros primeros años de estudio a base de libros. Donde encontrar la respuesta correcta, o aprender determinado tema, significaba sumergir las narices en decenas de libros; mientras que hoy, estás a un par de taps en tu móvil de cualquier información.
Ahora bien, ciertamente hoy se puede catalogar como un elemento casi imprescindible en la civilización actual. Sin embargo, nos encontramos a solo 3 décadas de lo que se conoce como el lanzamiento de la red global (aunque en principio, el origen del internet se remonte un par de décadas antes).
El Génesis del internet
No es un secreto que las grandes organizaciones científicas y los estudios más avanzados en tecnología, generalmente lo ocupan los asuntos de gobierno. Y en el caso del internet, no fue la excepción.
En medio de la guerra fría, la URSS experimenta el lanzamiento de su primer satélite al espacio; y los Estados Unidos de América se hicieron conscientes del potencial que representaba dicha tecnología en caso de una guerra. Por lo tanto, decidieron tomar medidas y comenzaron a trabajar en un protocolo de comunicación que fuese efectivo y diera soluciones militares en caso de una guerra.
Ante ese escenario, se crea ARPA (Advanced Research Projects Agency). Donde Paul Baran presenta un proyecto que consistía en una red descentralizada que permitía la transferencia de datos entre diferentes ordenadores. Su fundamento se hallaba en el método de L. Kleinrock para desfragmentar un conjunto de datos en múltiples partes denominadas paquetes de información.
De esta manera, se podía descomponer información para ser transmitida a otro ordenador dentro de una red y este la pudiera armar de nuevo sin perder detalles. Hoy el tema es muy simple de entender, pero para 1962, era todo un acontecimiento.
Por supuesto, por tratarse de asuntos militares, al principio la red no contaba con la participación pública. Sin embargo, a medida que fue progresando la investigación, el proyecto se fue expandiendo a distintas partes de Estados Unidos y comenzó a entrar en investigaciones universitarias.
En el proceso, los experimentos informáticos se focalizaron en encontrar una manera de interpretar los datos a intercambiar a través de un formato que hoy llamaríamos friendly. Y para 1970, ya R. Tomlinson había enviado el primer correo electrónico oficial.
Cabe destacar que sería la primer vez que un computador mostraba indicios de lo que podía favorecer a las comunicaciones. Más allá de coordinar tácticas militares en tiempos de guerra, se estaban abriendo las puertas a la interconexión global.
En ese sentido, Noruega y el Reino Unido buscaron participar en el desarrollo de estas tecnologías y se conectaron a ARPANET. La cual ya contaba con un organismo que regularía las actividades y el manejo de la información dentro de la red.
Como era de esperarse, al compartirse la tecnología, otros amantes de la innovación comenzaron a desarrollar sus propias redes; y para 1980, ARPA decidió enfocarse en algo que cambiaría para siempre el curso de la historia: el protocolo TCP/IP. Que si bien es cierto, ya existía, se encontraba en una fase primitiva.
A través de este nuevo protocolo, la curva de crecimiento sufrió una aceleración exponencial. Cada año aumentaba desproporcionalmente la cantidad de ordenadores conectados a las redes de datos.
La década más importante en la historia del internet
Para 1990 ya se podía hablar de una aceptación masiva de una red que conectara ordenadores indiferentemente de su ubicación física. Pero, como todo se trata de manejo de información, cuando se trata de ordenarla y disponer de ella con eficiencia, puede ser complejo el manejo de grandes cantidades de información.
De alguna manera, se podía comparar con un intento rudimentario por conectar todas las bibliotecas y casas de estudio del planeta. Sin un sistema que simplificara el método de búsqueda y respuesta, el internet sería en medio de todo, inútil.
Así que a principios de este nuevo bloque, T Berners Lee desarrolló un sistema que podía reorganizar toda la información de la red en función a tags e hipervínculos. De manera que acceder a un punto determinado de la información, significara solo detallar las etiquetas que te llevarían a él.
Y en poco tiempo la telaraña mundial conocida como www, ya contaba con una interfaz capaz de recibir la demanda de parte del usuario del ordenador, ubicar el punto de información necesaria e interpretarlo en formatos friendly, para su uso común. Dando paso al surgimiento de los navegadores.
El primero de ellos, conocido como Mosaic, el cual sirvió como portal hacia los nuevos usos de la información y la evolución en la manera en cómo nos comunicamos y actuamos.
Competencia tecnológica
Evidentemente cuando se revela al mundo una novedad como esta, los más creativos dan rienda suelta a sus habilidades y se desarrollan sistemas impresionantes. Por ejemplo, la idea de Mosaic fue crucial, pero hoy en día, Google demostró contar con mejor gestión de la información.
Y aunque la metodología de usar correos electrónicos sigue vigente, el hecho de intercambiar información específica entre usuarios específicos, abrió las puertas a las tecnologías de mensajería instantánea 30 años más tarde.
Personalmente considero que aún nos encontramos en una fase de experimentación con respecto a lo que internet representa. Y creo que la velocidad de los avances incrementará en los próximos 5 años con mayor magnitud que los últimos 30.
Ya podemos ver los estudios de la tecnología 5G. Además de las múltiples opciones de interconexión hombre-máquina / hombre-dispositivo, tanto de manera presencial como remota gracias al internet.
Las empresas se decantan por explotar al máximo este recurso y parece que mientras más lo presionan, más tiene para dar.
Así que lo mejor que podemos hacer como usuarios y como emprendedores es asegurarnos de que estamos al corriente de los avances. Y por supuesto echar a andar el máximo de nuestras capacidades con las nuevas herramientas, porque los cambios como estos, sin duda desplazan algunas cosas; y espero no involucre tu idea de negocios.