Últimamente he notado un giro interesante en el mundo del marketing digital: algunos empiezan a hablar de “GEO” en lugar de SEO. No se trata de geolocalización, ni mucho menos de una nueva disciplina. GEO significa Growth Engine Optimization, una evolución conceptual del clásico Search Engine Optimization.
¿Y por qué este cambio? ¿Es solo una nueva etiqueta para lo mismo de siempre? No exactamente.
SEO siempre fue importante para generar tráfico orgánico. Pero GEO va un paso más allá: no se enfoca solo en posicionar, sino en impulsar crecimiento. Ya no basta con aparecer en la primera página de Google; ahora se trata de conectar contenido, intención y conversión de forma estratégica. En otras palabras, no es solo atraer… es activar y retener.
Esto me lleva a una reflexión clave:
¿Hemos estado midiendo bien el valor del SEO en nuestras estrategias?
Durante años lo vimos como una caja técnica llena de keywords, enlaces y optimización on-page. Pero GEO propone un enfoque más holístico: pensar el posicionamiento como una palanca de negocio, no solo como un canal.
¿Qué cambia realmente con GEO?
- El mindset: pasamos de una visión técnica a una visión de impacto en el crecimiento. SEO deja de ser un esfuerzo aislado y se convierte en una función transversal que conversa con producto, ventas y contenido.
- La medición: en lugar de mirar solo rankings y sesiones, ahora se priorizan métricas de activación, revenue y LTV (lifetime value). Lo orgánico se mide como se mide un canal de performance.
- El enfoque de contenido: ya no es solo sobre palabras clave, sino sobre experiencia, utilidad y valor real para el usuario. El contenido orgánico ya no se hace para Google, sino para quien tiene un dolor, una necesidad o una intención.
¿Marketing de crecimiento o solo branding SEO?
Aquí es donde muchas marcas están fallando. Siguen viendo el SEO como un canal de bajo costo para atraer leads, pero no como parte de una estrategia de crecimiento integrada. GEO plantea que el contenido, la arquitectura del sitio, la experiencia del usuario y la intención de búsqueda trabajen juntas para hacer crecer el negocio, no solo para ganar tráfico.
En mi opinión, el término GEO es provocador, pero necesario. Nos obliga a cuestionar si lo que estamos haciendo en orgánico realmente contribuye al crecimiento, o si simplemente estamos ocupando espacio en Google sin una narrativa clara de conversión.
Y esto es especialmente importante en un momento donde la IA generativa está cambiando la forma en que los usuarios interactúan con los motores de búsqueda. La visibilidad por sí sola ya no es suficiente: necesitamos que lo orgánico sea accionable, estratégico y alineado con los objetivos del negocio.
Para cerrar…
¿Necesitamos cambiarle el nombre a SEO? Tal vez no. Pero sí necesitamos cambiar la forma en que lo pensamos y lo trabajamos.
Si GEO sirve como excusa para poner al posicionamiento orgánico en el centro de la estrategia de crecimiento, bienvenido sea. Porque más que un nuevo acrónimo, es una invitación a repensar lo que realmente queremos lograr cuando hablamos de “atraer clientes de forma orgánica”.