Tras la inesperada aparición del logo del nuevo AIFA en los medios, se ha suscitado una serie de críticas que van desde divertidos memes hasta debates políticos y sociales. La imagen que ya circula por todos los medios y redes sociales, misma que fue registrada ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, ha dejado mucho qué desear a los verdaderos dueños de este logo: sus usuarios.

No hay que ser un experto en diseño gráfico para reconocer que este logotipo no está bien. En lo personal siempre he creído que los ciudadanos del siglo XXI, inmersos en la cultura visual que hemos adquirido en los últimos años, tienen la capacidad de distinguir entre una marca profesionalizada y una amateur.

Un breve análisis bajo los principios de diseño.

Sin embargo, con base en algunos principios de diseño, aquí te explicaremos cuáles son los errores más sobresalientes del actual logo del AIFA. Para ello, citaremos algunos de los catorce parámetros de alto rendimiento de un logo, que proponen Norberto Chaves y Raúl Belluccia en su libro La marca corporativa, gestión y diseño de símbolos y logotipos.

En primer lugar encontramos una evidente saturación de elementos que rompe los parámetros de Suficiencia y Simplicidad. Estos principios plantean que todo exceso produce interferencias de comunicación, y el logo del AIFA lo ejemplifica con un avión inmerso en la tipografía de las siglas, una torre de control en lugar de la letra I, una pista de aterrizaje con todo y señalización de piso, y el rey de la burla, un incomprensible mamut que imaginamos hace referencia innecesaria al museo que albergará el aeropuerto. Son tantos los símbolos superpuestos, que naturalmente será difícil concentrarse en la composición de un “todo” y por consecuencia decodificar, interpretar y posicionar una marca. Estos mismos factores nos llevan a perder las capacidades de Legibilidad e Inteligibilidad, que en palabras de marketing y comunicación, sería perder las ventajas de de lectura, identificación y posicionamiento estratégico.

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Por desgracia este logo también pierde su parámetro de Reproducibilidad con tantas capas, texturas, rasgos de identidad y decoraciones, que imposibilitan la reproducción o adaptación fiel de la imagen a cualquier soporte, medio o tecnología de comunicación.

Otros errores integrados a este logo serían la Vigencia, la Corrección Estilística y la Calidad Gráfica. Se pierde vigencia cuando un estilo gráfico representa a una temporalidad particular sin interés de quererla comunicar, por eso, es imposible no comparar a este logo con algunos antecedentes de baja calidad gráfica ubicados en el siglo pasado o con ejercicios erróneos de principiantes del diseño. Esto es un verdadero atentado, porque al tener un logo descontextualizado de las competencias globales que exige este giro de producto/servicio, ya desde hoy esta una marca obsoleta, que no perdurará y desperdiciará la inversión en los medios aplicados.

AIFA está lejos de conectar con el público con ese cambio.

Recordemos que la principal función de un logo es comunicar coherentemente la identidad de un ente (empresas, instituciones o personas) con base en sus objetivos y los de consumidores, AIFA está lejos de lograrlo profesionalmente.

Es probable que lo más preocupante de esta propuesta de marca visual sea la percepción del público al que se dirige: turistas nacionales e internacionales, ciudadanos, profesionales y empresarios globales, etc, pues al incumplirles los principios básicos del logo que hemos mencionado, indirectamente lograremos una imagen pública desfavorable de un país que quiera comunicar confianza, crecimiento o desarrollo sostenido.


Escrito por: Manolo Jacinto