Hoy en día podemos contemplar el surgimiento de nuevas propuestas comerciales a la velocidad del segundero en nuestro reloj. Cada instante es una oportunidad para que alguien exprese una idea rentable y pronto se adhiera a un nuevo modelo de negocio.
Cabe destacar que a pesar de que muchas de ellas fallan, y los emprendedores terminan perdiendo mucho dinero, la verdad ese índice creativo no parece decaer.
En cierto punto, es una gran noticia. Pues cada proyecto significa una oportunidad de desarrollo; simplifica el estilo de vida y en definitiva favorece la evolución socio-económica. Sin embargo, no veo necesario que si quieres levantar un proyecto desde la nada, debas exponerte demasiado al fracaso. Esa idea de “estar dispuesto a perderlo todo”, no creo que deba tomarse literal.
Basado en ello me tomé la libertad de estudiar por años los pro y contras inmersos en el desarrollo de una propuesta creativa/comercial. Y aunque hoy no hablaremos de todos ellos, si te mostraré como uno de ellos puede definir el curso del proyecto.
Desviación de la atención por ego
Se ha hecho evidente que esta nueva ola de emprendedores es más cerrada a recibir críticas sobre su idea. Y eso los mantiene encasillados en una sola ruta de posible ascenso, que surge solo en su idea.
De esa manera, niegan la posibilidad de que otro camino pueda ser más efectivo para el proyecto, o al menos es así cuando no son ellos quienes tienen ese nuevo destello de claridad.
Sin embargo, al estar aquí parece excluirte de esa realidad. Y es importante que sepas, que, en la mayoría de los casos, es más importante dejar de lado el ego y aceptar que otro punto de vista puede ser la solución al problema de tu empresa.
Descubre la esencia de tu proyecto
No obstante, esta desviación de una atención más pura, es uno de los principales factores por los que los emprendedores de estos tiempos no comprenden realmente a que modelo de negocio pertenece su idea.
De hecho, lo podemos evidenciar en el brief del proyecto, cuando las ideas se encasillan en determinada zona, o apuntan a una dirección opuesta la operativa de la empresa.
Cabe destacar, que mientras no se comprenda realmente la esencia del proyecto, el crecimiento será cada vez más lento. Y créeme, no te sucede solo a ti; en realidad es parte del umbral de retos que nos toca vivir en el camino que elegimos.
Un ejemplo de ello es el caso de McDonald’s. Donde en el principio de su expansión, Ray Kroc estaba desperdiciando su tiempo intentando expandir el negocio de los restaurantes bajo un modelo de negocio tipo comercio de alimentos.
Y no fue hasta que uno de sus asesores le planteó que había un error, que estaba viendo el modelo de negocio incorrecto. Pues desde ese nuevo punto de vista, el negocio de McDonald’s responde mejor a un modelo del tipo Bienes Raíces, más que del de venta hamburguesas.
No descartes las piezas clave
Para Kroc, el sistema de cocina era magnífico, el nivel de facturación, el marketing y el ROI eran elementales. Sin embargo, a pesar de ser piezas clave, no conforman en sí el modelo de negocio, sino la superficie del mismo. Y al momento de hacer el cambio de perspectiva, se aseguró de que las piezas que mantienen el proyecto en funcionamiento siguieran allí.
Por lo tanto, te sugiero desligarte emocionalmente de tu idea, y revisar a detalle el terreno en el que tu negocio tendría mayor auge. Mantienes las piezas que aseguran una operativa rentable y te preparas para catapultarlo hacia nuevas fases más emocionantes.