Enfrentarse a cualquier territorio comercial requiere más coraje hoy, que en cualquier época anterior. El hecho de que cientos de empresas que pretendan acaparar el mercado que tú también buscas, hace que la labor sea un riesgo en varios aspectos; considerando las pérdidas económicas como uno de los más relevantes.
Ahora bien, una de las maneras de hacer frente a esta realidad es conocer bien el terreno de juego; saber qué desea tu mercado meta y saber cómo crear un producto que sea fácilmente aceptado por este.
Por supuesto, de la teoría a la práctica hay una gran brecha, pero en esta ocasión, sin conocer a detalle lo que hay en el mercado, difícilmente puedas ganar ventaja en el terreno.
En ese sentido, permíteme mostrarte algunos de los aspectos que debes considerar al momento de crear un producto que sea efectivo para tu comunidad.
El mercado
Cada vez aparecen con mayor frecuencia grupos de emprendedores que tienen una idea aparentemente poderosa, pero que no se adapta a un mercado en concreto. Y como consecuencia, no se pude establecer una estrategia comercial sana.
Antes de crear un producto efectivo, se debe evaluar el sector al que se pretende dirigir; conocer la población dentro de esa área, entender sus necesidades, descubrir sus puntos fuertes, sus valores. De manera que puedas acercarte sutilmente y ganar confianza con quienes pretendes establecer una relación comercial.
En caso contrario, puedes dirigir toda una campaña para el lanzamiento de un nuevo producto para un grupo de individuos que no tienen la mínima intención de adquirirlo.
Arquitectura de la idea
Saber cómo crear un producto de la manera correcta, implica tecnicismo. Por muy empírico que puedas ser, es vital darle a la idea de negocios una arquitectura conceptual, donde se plasman todas las variables del proyecto.
Quizás es la etapa más tediosa, pero es la que permite ver en papel, todo lo que requiere tu idea para ser ejecutada con éxito.
Dentro de esta etapa, se establecen los detalles tanto de la idea de negocios como del producto que se pretende elaborar. Y por supuesto, la base que soporta todo lo representado allí, es la necesidad que se pretende cubrir, ya que sin ella, nada de lo que sigue tiene sentido.
Estrategia
Al momento que se valida toda la información y la estructura del proyecto, le sigue la fase estratégica. Que según sea el caso, puede comenzar con ensayos en escenarios reales o puesta en marcha a toda máquina (según sea el riesgo que estés dispuesto a asumir).
Lo cierto es que a través de un análisis estratégico, estableces una ruta con etapas específicas para el lanzamiento del producto al mercado seleccionado. Por supuesto, aquí debes incorporar estrategias que ocupan tres partes importantes de todo el proceso:
- Estrategias de producción
- Estrategias de posicionamiento
- Estrategias de distribución
- Estrategias de fidelización
El objetivo del producto
No basta con tener una gran idea. Pese a las numerosas historias que muestran que una idea cambió el rumbo de la vida de alguien, debo aclararte que no fue solamente la idea la que produjo el cambio; en realidad, la idea es la base, que te impulsará a lograr un objetivo mediante una serie de acciones que debes ejecutar.
En ese sentido, más te vale tener una idea estructurada en función a lo que el mercado está demandando. Así evitas perder recursos y desperdiciar energía en algo que solo unos pocos consideraban genial.
Espero, que tomes estos tres puntos sobre cómo crear un producto efectivo y puedas establecer un proceso sistemático que se adapte a tu idea de negocios. Asume el riesgo y da lo mejor de ti en ello.